¿Te atreves a soñar?

lunes, 21 de marzo de 2011

Danza gitana

Sus ojos verdes se hundieron bajo un tormentoso bosque de largas pestañas. Jaime tembló, por un instante, al sentir el aliento de Sara en su cuello. Levantó el brazo y lo detuvo a escasos centímetros de su pelo. Luego taconeó y, con los ojos entrecerrados, giró a su alrededor. Los acompañaban las miradas expectantes de un público callejero y la voz cascada de Jimena, la anciana maestra de la muchacha.
Sara pestañeó, coqueta, y lo empujó para alejarlo de ella. Sacudió su pañuelo de flores y corrió por el círculo que los cercaba. Se movía rápida como un ave rapaz y ágil como una gacela, pero sin perder nunca la elegancia. Ni uno de sus pasos iba en falso, parecía moverse con el aire. Era una hábil bailarina gitana. Por eso, cuando Jaime se acercó a ella y la desafió con el torso desnudo, ella lo aguijoneó con la mirada. “Jaime, ¡el eterno soñador!”, se burló, mientras se apoyaba en su hombro y aceptaba el reto.
–¿Quieres que vuelva a ridiculizarte? –le susurró cerca del oído.
Con esa frase habían comenzado las vueltas, las convulsiones rítmicas y la pasión. Jaime aguantaba estoico cada embestida de Sara, que, sin llegar nunca a rozarle, se aproximaba continuamente a su cuerpo. Sacudía sus caderas con fuerza y giraba sus muñecas con delicadeza. Jugaba a violentar contrastes.

El recuerdo de una tarde seca de estío golpeó a Sara como aquel sol lo hizo diez años atrás. Ella bailaba descalza sobre la tierra, en el centro de un corro de gitanos. Su padre tocaba la guitarra y su madre, las palmas. Sara giraba sobre sí misma, con una gracia que las distinguía del resto de las bailarinas.
Danzaron durante horas, luego ella decidió separarse del grupo e internarse en el prado para coger flores para Jimena. Fue allí donde Jaime se le declaró. Él era un chico escuálido y desgarbado que acudía con ella a la escuela. Nunca habían hablado pero Sara sabía que, en la plaza, él se sentaba cerca de ella sólo para mirarla.
–Hola –fue su saludo tímido.
Ella se limitó a cruzarse de brazos.
–¿Estás cogiendo flores? –volvió a intentarlo él.
–Sí.
Jaime se retorció las manos tras la espalda y cerró los ojos. Sus siguientes palabras las vomitó, sin atreverse a mirarla a los ojos.
–¿Quieres salir conmigo?
Sara arqueó una ceja, pero sólo después de dos minutos le contestó.
–No sabes bailar –fue su primera sentencia –. De ese modo, ¿cómo pretendes que me enamore de ti?

Sara se derrumbó sobre el suelo, pero esta vez no se levantó. Bajó la mirada y ocultó su tez morena entre sus manos. Había oscurecido y la anciana hacía tiempo que había dejado de cantar. Incluso su público se había retirado para continuar con los quehaceres diarios. Jaime se acercó a ella, pero permaneció en silencio.
–Bailas muy bien –le confesó Sara, incapaz de aguantar su mirada.
Jaime se encogió de hombros.
–¿Recuerdas cuando jugábamos en el prado y yo recogía flores para ti?
La gitana asintió, sin poder contener una sonrisa.
–¿Y te acuerdas de que te enfadabas con las flores que aún en primavera no habían extendido sus pétalos?
Sara volvió a asentir, en silencio.
–¿Qué te decía yo siempre?
Ella titubeó antes de responder.
–Que les diera su tiempo. Las flores siempre acaban por florecer.
Lo dijo con emoción y su sonrisa se hizo más amplia y más bonita. Jaime sonrió complacido y le tendió la mano. Ella la aceptó y se atrevió a mirarle. Luego Sara se acercó a sus labios y sus ojos verdes se hundieron bajo un tormentoso bosque de largas pestañas.

2 comentarios:

  1. "Gitanillos bailando en tablao
    taconeo de antigüo olvidao
    en la piel el sudor del esfuerzo
    refleja el amor a su baile
    A su lado gitana morena
    tan llena de amores, de rabia y de pena
    camisas y luces, rasgar de guitarras
    acordes flamencos para almas gitanas
    amores y besos arrabaleros
    y en el taconeo se escuchan te quieros"

    "guitanillos"
    Robles
    pd: Realmente bueno White!!! ;) Inspiras incluso poemas, aunque nunca lleguen al nivel de tu esritura... ESTRATOSFÉRICO relato! :)

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  2. y sus ojos verdes se hundieron bajo un tormentoso bosque de largas pestañas. Metáfora muy chula.....me ha encantado peque!!. con cosas como estas me doy verdaderamente cuenta de que la genialidad esta en la sencillez. :)

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