¿Te atreves a soñar?

lunes, 19 de febrero de 2018

Un águila blanca

Una vez fui águila. Sucedió una sola vez, pero ese instante valió para siempre. 

El sol rompía las nubes y el valle parecía un tablero de ajedrez. A más de mil metros de altura, dejó de existir la muerte. 

Trepé las almenas y el viento impactó frío y ensordecedor. Tenía la piel en llamas.

No sé si agité los brazos o me arrastró el vendaval, pero de pronto el castillo quedó lejos. Me bebí el aire, lo tragué tan rápido que olvidé respirar. Pensé que se me dormirían las extremidades si seguía ascendiendo, pero, al volver el rostro, encontré plumas blancas donde estaban mis dedos.