¿Te atreves a soñar?

lunes, 1 de febrero de 2016

Una tostada de nieve


Fue delante de una tostada de nata espesa donde descubrí que no quería despedirme de ti. Mientras la mujer esparcía la nieve dulce sobre el cuadrado de pan de molde y tú hablabas de palabras mal escritas, tuve tiempo de contar con los dedos. Solamente tres… y te irías. Vi cómo caían las gotas de la mermelada de melocotón y me parecieron tristes. Seguías moviendo los labios, así que estuve tentada de sacar la grabadora y pedirte que me contaras un cuento para cuando te fueras. Bebiste un sorbo de café y sonreíste. La marcha te sentaba muy bien, desde luego. Desde que marcaste un final, todo parecía más grande: los sueños, el futuro, nuestros desayunos. Tragué un trozo de aquella montaña y entonces preguntaste si todo iba bien. Te mentí; respondí que me costaba tragarlo.