¿Te atreves a soñar?

lunes, 13 de mayo de 2013

Zumo de naranja


María se abrazó las rodillas y alzó la vista hacia la copa de los árboles. La primavera los había enamorado con flores y los pétalos blancos volaban por el parque como nieve perfumada. Escuchó risas y una voz infantil repitiendo las tablas de multiplicar.
El calor había llegado de puntillas.
Una joven de chándal pasó corriendo y tres adolescentes se giraron para verla marchar. María sonrió, recogió su cuaderno y bosquejó la escena. Uno de los muchachos le recordaba a su hermano mayor. La misma melena desordenada, la misma mirada de pillo.
Allí era donde siempre se habían reunido. Entonces Tomás trabajaba en el bar. Luego se graduó y desapareció sin decir nada. Solo llamó un par de veces para anunciar que todo iba bien.
María suspiró y retomó el trazo.
–Aquí tiene, señorita. Zumo de naranja y un croissant.
El camarero la interrumpió para dejarle la bandeja sobre la hierba. María lo miró desde el césped, pero el sol la deslumbró.
–¿Seguro que no quiere que le acerque una silla? –preguntó él.
–No, está bien.
Esa voz grave ya la había escuchado. Dio un respingo y le saltó el corazón. Se volvió con ímpetu para ver la silueta delgada de un recuerdo.
La chica se levantó y corrió hacia el hombre. Él, que escuchó el vaso de cristal haciéndose añicos y el revuelo del cuaderno golpeando la bandeja de metal, se giró antes de que María lo alcanzase. Ella, alborozada, se había detenido con los ojos muy abiertos y las cejas hundidas.
Ninguno de los dos sabía cómo continuar.
¿Realmente era posible?
Él estaba distinto: más barba, más cuerpo, más años.
¿Un abrazo? ¿Dos besos?
El camarero se tapó la boca para contener la carcajada.
–Mira que eres boba, María, te has derramado todo el zumo en las piernas.

martes, 7 de mayo de 2013

Conspiración


Conspiración (2007)

Llevo bastante tiempo sin publicar nada, pero últimamente voy un poco regular de tiempo. Solo quedan quince días para que pueda retomar el ritmo anterior, así que mientras tanto os dejo una ilustración inédita que hice algunos años atrás. La dibujé a grafito, la rotulé y luego la coloreé en el ordenador. Es de los pocos dibujos que he trabajado así, de modo que le tengo un cariño especial.

Espero que nunca dejéis de perseguir vuestros sueños. Más de una vez la vida parecerá conspirar contra ellos, pero la decisión última la tomamos nosotros. Que no os engañe la desesperación.