¿Te atreves a soñar?

martes, 26 de agosto de 2014

Echarse agua fría en la cabeza, ¿diversión o solidaridad?



Después de ver muchas caras conocidas, y no tanto, detrás de cortinas de agua helada, me pregunto si lo que comenzó como una campaña para llamar la atención sobre una enfermedad neurodegenerativa, continúa siéndolo o se ha convertido en un reto de diversión. 

La ELA, o Esclerosis Lateral Amiotrófica, es una enfermedad que provoca una parálisis muscular gradual. Empiezan muriendo las células del sistema nervioso y lo acaba haciendo el propio paciente, tras una parálisis total. La ELA no es para tomársela a guasa.

Stephen Hawking, el físico al que hemos conocido torcido en una silla de ruedas, es una de las personas que padecen esta enfermedad. Un cerebro brillante en un cuerpo paralizado. Así es la ELA. Un proceso lento que debilita los músculos y va reduciendo los movimientos, deteniendo la vitalidad, ahogando la alegría. A veces silenciándola porque ni tus brazos ni tu boca responden.

Mitch Albom hizo menos extraña a la ELA en su novela 'Martes con mi viejo profesor'. En ella habló sobre sus encuentros con Morrie Schwartz, un sociólogo al que admiraba y al que acompañó hasta el final, acercándose así a la enfermedad en primera persona. Es imposible no encogerse ante su pluma y ante su historia.

Y ahora la ELA salta de nuevo a los renglones de actualidad. O más que a los renglones, a los muros de Facebook, a los enlaces de Twitter o al mosaico de Instagram. Famosos que se empapan y nominan, amigos que sonríen a la cámara y retan a otros antes de lanzarse un barreño de agua fría.

Admiro a la gente que lo hace, porque el juego parece que despierta el gusanillo del “yo también soy capaz” y, mientras tanto, la campaña Ice Bucket Challenge crece y crece y más personas escuchan hablar sobre esta enfermedad. Pero admiro aún más a todos los que, echándose agua o no, dan un poco de lo que tienen por ayudar a la investigación. Un poco, lo que sea, pero algo.

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