¿Te atreves a soñar?

lunes, 23 de mayo de 2011

¡Libre y viva!

Hoy me he reencontrado con un amor. Un amor que hace que me sienta libre y viva. Hasta que no me he acercado a él no me he dado cuenta de cuánto significa para mí. Ése amor es mi mar. Al principio me he acercado a él con la alegría de volver a estar allí, meciendo mis pies entre la arena y sus olas, pero luego, cuanto más secretos le contaba y de cuántos más él me hacía partícipe, con mayor intensidad sentía la bocanada de la libertad.
Es cierto que vivimos en un mundo donde imperan las prisas, en el que nos movemos de un lado a otro impulsados por el deber, por la necesidad o por la rutina, ¡pero que necesario es a veces pararse un instante y pensar! Pensar, simplemente pensar. Llenarse la cabeza de oxígeno y expulsar a bocanadas todas las preocupaciones. Gritar, si es necesario, para liberar nuestro dolor, nuestra angustia o nuestro cansancio. Necesitamos una vía de escape para desconectar y olvidarnos de todo y de todos. Para mí, que crecí cerca del mar, los susurros del oleaje, los colores del sol cuando besan el horizonte y el olor a sal, me transportan a un mundo mágico, alejado de las apariencias de la sociedad. Junto al mar siento que soy yo, que soy libre y que estoy viva. No necesito nada más, ni cosas materiales, ni posibilidades, ni recompensas, ni siquiera un nombre y apellido. Sólo esa sensación de libertad y paz interior.
Quien encuentra su salida intenta frecuentarla. Sin embargo, no debemos cometer el error de aferrarnos a ella. Aunque de vez en cuando necesitamos evadirnos del mundo, también tenemos que aprender a vivir en él. A veces, detenerse un instante y contemplar cuanto nos rodea, sin otra intención más que la de disfrutar con ello, puede llenarnos más que muchas de las razones por las que nos movemos en el día a día. ¿Qué sentido tiene vivir si no somos conscientes de que lo estamos haciendo?

4 comentarios:

  1. Me encanta Blanca, me pasa lo mismo
    con mi mar de Pamplona (;

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  2. Y que lo digas! Olor y sabor a mar, los ojos cerrados y bañados de sol: maravilloso.
    Mi mar, mi barco, mi capitán.
    Un beso

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  3. En tu relato se oye el mar y se desliza la arena entre los dedos....precioso como tu.Un monton de besos

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  4. Es verdad, los problemas que van apareciendo hay que aprender a relativizarlos, y mirando al mar es una buena manera de hacerlo.

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