Es difícil no
preguntarse si el ministro Wert se ríe de nosotros: de los estudiantes, de los
profesores, de los padres que hacen un esfuerzo por financiar los estudios de
sus hijos. Me pregunto si echaba de menos un revuelo, como el que levantó el
Plan Bolonia, y ha querido protagonizar otro antes de las elecciones generales
(por si acaso es su última oportunidad).
José Ignacio
Wert propone un modelo educativo de tres años de grado y dos de máster (3+2),
cuando el actual es de cuatro de grado y uno de máster (4+1). Está bien que
proponga cómo mejorar la educación, más cuando nuestro país ostenta el récord
de ninis de la Unión Europea, pero que no presuma de que las familias se
ahorrarán dinero. Claro que es más barato pagar tres años de universidad que
cuatro, pero un estudiante no hace nada con un grado. Que se lo digan, que nos
lo digan, a todos los jóvenes que enfrentamos la peor cara del empleo en
España, a quienes sacudimos con orgullo
nuestro título a unas empresas que se compadecen (por no decir que se ríen) de
nuestra formación. Cómo no lo van a hacer, con la de gente preparada que
entrevistan: jóvenes que acumulan másteres y cursos, que han estudiado dos,
cinco carreras, que hablan tres idiomas, ruso, chino y árabe si hace falta.
Me gustaría
que el señor Wert conociese a los jóvenes que terminan el grado y tienen que
sacar dinero de las piedras para pagar un máster. ¿Es que él no sabe cuánto
cuesta un máster? Por supuesto que sí. Y ahora, con la que está cayendo en
España, que nos digan que en vez de un año, hay que pagar dos. Los créditos
ETCS de los másteres en Madrid, por ejemplo, rondan entre los 35 y 75 euros,
mientras que el de los grados se encuentra en torno a los 20 euros. Y eso el
crédito, pero ponte a sumar. Los estudiantes de Comunicación barajamos opciones
que no bajan de los 7.000 euros al año. Y no pedimos la luna. Es lo que cuesta,
por ejemplo, una especialización en radio o en televisión (y, ojo, tirando por
lo bajo). Ponte a sumarle otros 7.000 más para que nos asemejemos al modelo que
tienen la mayoría de países de la Unión Europea, el 3+2.
Pero que no
se enfaden los rectores, ni los estudiantes, que el señor Wert deja elegir. Ha
propuesto un modelo, pero no obliga a adoptarlo. Que cada universidad haga lo
que quiera. Y si de ahorrar se trata, no se preocupen, yo también propongo.
Para ahorrar, mejor no estudiemos. Gratis vendrá la ignorancia.
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