Al futuro, que prohibió la realización de miles de sueños, que prometió las riquezas que nos negaron el pasado y que nos dedicó, en la infancia, un soneto de sonrisas. Al futuro, que cerró los ojos del vidente e hizo tropezar al ambicioso; que besó las palmas de nuestras manos y creimos vislumbrar frutos dulces y ninguno amargo. Al futuro, que no se cansa nunca de engañarnos y camina siempre a nuestro lado prometiéndonos que el presente es el cuento de a quienes no amaron.
Podría meterse en medio del "I have a dream" de Martin Luther King y ni me daría cuenta...
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