Queridos
políticos, se acabó la hora del recreo. Es divertido jugar,
pero hace tiempo que los ciudadanos os miramos desde las aulas con
ganas de continuar la clase. España no se va a levantar sola y
nosotros os hemos escogido para que nos ayudéis a mejorarla.
Ya
está bien de peleas, del tú, pero yo, pero Menganito ha dicho. Nos
prometéis todo lo que queremos, pero a la hora de la verdad priman
los individualismos. Entiendo que el 20-D fue una pequeña revolución
en el Congreso. Entiendo también que se requiere un tiempo para
adaptarse a un nuevo trabajo. Pero lo que no entiendo es por qué
siete meses después estáis orgullosos de burlarnos con las segundas
elecciones y dispuestos a seguir riendo; porque no, las terceras elecciones no
deberían ser una opción.
Quizá
lleváis tanto tiempo en los toboganes que habéis olvidado que un
trabajo requiere un esfuerzo. Porque es muy fácil coincidir con
quienes piensan igual, pero hemos apostado por vosotros precisamente
porque pensáis distinto, porque ¡ojo!, queremos que penséis
distinto, que dialoguéis.
Sin embargo, queridos políticos, cuando os veo tropezar con las
mismas piedras, no puedo evitar preguntarme si hemos votado a futuros presidentes o a niños con berrinche. Ahora que se acerca el acto de investidura, ¿no creéis que es hora de salir de vosotros mismos y pensar en los ciudadanos? Porque os hemos votado... Digo yo que algo tendremos que ver.
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