¿Te atreves a soñar?

lunes, 11 de julio de 2016

Dorotea


Su sonrisa cazaba todos los miedos. Alta y espigada, Dorotea siempre causaba la misma impresión. La forma en que levantaba las comisuras de los labios, cómo entrecerraba los ojos y le engordaban las mejillas era una historia de amor. Decían que había curado a enfermos y había devuelto la paz a los intranquilos, pero lo cierto era que vivía en el centro de un lago, en una casa diminuta, sin más compañía que un pajarillo que no se atrevía a revolotear más allá del techo.



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