Una
sonrisa que se desdibuja con la lluvia es como una lágrima que
recorre de lado a lado el corazón. Y, aunque te eche de menos, no te
conozco. No sé nada de ti, solo que existes. Y, aunque te piense,
hay un lugar donde no estás, donde las penas se ahogan solas.
Un
elemento que fluye: el agua. Allí solamente estoy yo; yo con mi
cuerpo y mis ganas de vivir.
Sin
ti, no puedo escapar de esta ciudad de fantasmas. Procuraré darles
conversación mientras tanto. Hoy el día amaneció nublado e imagino
que ellos podrán contarme si detrás de tanto gris luce el sol.
Espero
que vengas o te alejes, pero que no enmudezcas por la indecisión. La
vida no es tu propia realidad. El mundo somos tú y yo, y aquel señor
anciano que saluda, y el niño que llora y la mujer que espera el
autobús. La verdad más cierta es la que nos sacude, sea tristeza o
felicidad. La verdad más cierta es la que estamos a punto de
comenzar a inventarnos juntos.
Si
quieres ser libre, acompáñame en mis paseos con el viento, y vente
a nadar al río aunque sea invierno, juguemos a descifrar los
mensajes de las nubes. Seremos un poco más felices. Seremos un poco
más sinceros.
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