¿Te atreves a soñar?

lunes, 26 de octubre de 2015

Mi tiempo


Primero son los pasos apresurados hacia la cocina. Enchufo la tostadora, introduzco dos rebanadas de pan de molde, saco la leche, la mermelada y la mantequilla contra la barbilla, dos cucharadas de Nesquik, una servilleta, un plato pequeño y un cuchillo, saltan las tostadas. Comienza el día. Abro el libro del desayuno, que en ningún caso es el mismo que el del almuerzo, y engancho la mirada en la última frase que leí. Doy un mordisco. Dulce. Olor a pan dorado. El calorcillo que desprende el electrodoméstico a la derecha, el frío de la mañana de frente. Una aventura ante mis ojos, la primera del día, que no me pertenece. Quizá un buenos días somnoliento. Un qué tal has dormido y un que te vaya bien, nos vemos. El último mordisco que cruje y silencio. Miro el reloj. He agotado mi media hora. Mi tiempo. Cierro de un golpe el libro y echo a correr. No lo puedo creer: ¿llegaré tarde de nuevo?


No hay comentarios:

Publicar un comentario