¿Te atreves a soñar?

lunes, 17 de septiembre de 2012

La "femme fatale"


¿Alguna vez os habéis asomado a la calle en ropa interior?
Al terminar de comer, me senté en mi mesa de estudio y encendí el ordenador para revisar el correo. Hacía calor y decidí abrir las ventanas para que se revolviese el aire entre el pasillo y mi habitación. El edificio de enfrente queda muy cerca del mío y las ventanas de los vecinos bien podrían ser pequeños televisores desde la mía (Es lo que tiene cambiar la quietud de un parque por el bullicio de la ciudad despierta). De modo que aquel cuerpo semidesnudo no me pasó desapercibido. Al principio no creí que fuera posible. Llamé a una amiga, cuya ventana asomaba a esa calle, y le dirigí la mirada hacia el mismo lugar. Con sorpresa, tuvimos que admitir que era una chica en ropa interior.
Con los brazos acostados sobre la baranda y el cuello erguido, contemplaba el ajetreo de la calle. Sólo le faltaba un cigarro alargado y humeante, los labios rojos y un decorado nocturno para resultar la “femme fatale” de cualquier película de suspense.
Permaneció más de una hora en la misma postura, mientras el cielo celeste de la mañana se diluía en grises. Parecía querer dominar la calle con su figura, imperturbable ante las miradas de los curiosos.
Yo me había encerrado a leer unos documentos con la cortina echada –no me gustaba sentirla atenta a cuanto pasaba a su alrededor, que me incluía a mí–, y por eso me sorprendí al abrir de nuevo y encontrarla en el mismo lugar y con la misma poca ropa. En ese momento entró en la casa. Volvió al poco tiempo, con el pelo mojado y envuelta en un albornoz amarillo resplandeciente. Se recostó en la barandilla, columpió su brazo derecho y le devolvió al asfalto su mirada aburrida. Así permaneció el resto de la tarde.

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