Estarías
orgullosa de mí.
Hoy hemos salido de paseo por los alrededores de la escuela y hemos invitado a todos los niños que jugaban en las calles. Yamir me ha enseñado a patear el balón de fútbol con la misma fuerza de un chico y me han elegido como jugadora en el partido que organizamos después. Tropecé varias veces, enredando mis piernas con las de los atacantes, pero me volví a levantar, como me enseñaste. No sería justo decir que ganamos por una gran diferencia, ambos equipos lo hicimos muy bien.
Miguel,
nuestro maestro, nos preparó una merienda. Nos reunió a todos, a
los de la escuela y a los de la calle, y nos repartió bolsitas con
un bocadillo y una pieza de fruta. Algunos lo recibieron con alegría,
pero me di cuenta de que luego no se lo llevaron a la boca. Jugamos
al escondite y a las aventuras. A mí me tocó ser, junto con Aaina y
Hanita, las mujeres blancas que visten de safari y acompañan a los
hombres a cazar. Miguel se rió mucho y dijo que no lo hacíamos nada
mal. Lo pasé muy bien y me acordé de que todos somos iguales, tal
como me insististe tú.
Antes
de que atardeciese regresamos a la escuela. Rajal, que ayuda a Miguel
con la dirección del orfanato, nos recibió con una cascada de
besos. Ella es muy cariñosa y nos cuida bien. Una vez le oí decir
que nos quiere como si fuésemos sus hijos. Eso debe ser un amor muy
grande, porque cuando lo dijo tenía una sonrisa enorme y los ojos
brillantes.
Para
cenar nos prepararon una sopa caliente y comí recta, como aprendí
de ti, llevándome la cuchara a la boca y no al revés. A Hanita le
costaba y se le escurría el líquido hasta el plato, de modo que me
senté a su lado y la ayudé. Ella tiene sólo cinco años, pero es
tan risueña y agradable que siempre nos acompaña a Aaina y a mí.
Algún día será una muchacha muy bonita, porque tiene unos ojos muy
expresivos y una sonrisa dulce. Me recuerda a ti, en cierto modo,
porque tú nunca dejabas de sonreír.
Cuando
ya nos retirábamos a las habitaciones, Yamir me detuvo. Me cogió de
la mano y me guió hasta la única ventana de nuestro pasillo. Me
señaló la luna y me guiñó un ojo. "Tienes visita", me
susurró. Luego me regaló su balón de fútbol y regresó junto a
sus compañeros.
Mi
visita era la luna llena. Fue una noche de luna llena cuando me
despedí de ti. Miguel nos había encontrado en la cuneta,
cuando volvía a casa después de conseguir el permiso para
abrir el orfanato, y se desvió cuando oyó mi llanto.
¿Qué edad tenía yo? Creo que tenía cinco, como ahora los
tiene Hanita. Miguel te acompañó hasta el final, apretándote
la mano con ternura y acariciándote la cabeza. Balbuceaste algo y me
señalaste a mí. Desde entonces, Miguel me cuidó como un
padre. Sé que nos quiere a todos muchísimo, pero también sé que
soy su debilidad. Fui su primera hija, la primera de una familia
que ahora cuenta con veintitrés. Yo le quiero mucho, y no sólo
porque sin él me habrían arrastrado a lo más oscuro de la
sociedad, sino porque le ha dado un sentido a mi existencia y me ha
enseñado que el amor es capaz de sanar las heridas más profundas.
Las
noches de luna llena Miguel y Rajal me permiten quedarme un rato más
junto a la ventana. Saben que me gusta contarte mis pequeños éxitos,
porque yo sé, mamá, que estarías muy orgullosa de mí.
Volviste a hacerlo tan bien que me arrancaste una sonrisa :) ¡Sigue así!
ResponderEliminarPreciosas palabras llenas de ternura.Te has metido en la piel de tu protagonista de una manera tan real que has conseguido conmoverme.Por cierto,la labor de Miguel me ha recordado a la de Jaume Sanllorente con su ONG Sonrisas de Bombay,periodista al que tuviste la oportunidad de conocer y que tanto te impresionó especialmente por su sencillez.
ResponderEliminarEs un relato tierno y precioso ( iba a decir que como tu,pero no quiero que te cortes..)Sigue adelante princesa.Bssss Pepi
ResponderEliminarQué relato tan bonito!!!!!
ResponderEliminarMe parece que es el que más me ha gustado de todos, gracias a Dios,todavía quedan personas en el mundo como Miguel.Estoy deacuerdo con Anónimo 1, Sonrisas de Bombay me impresionó, tu relato es como si hubiera leído un libro entero,lo dice todo en pocas líneas..EHNORABUENA!!! Besos de todos.